Entre zarzos y espinas
Soñé que yo era la semilla que crecía entre zarzos y espinas. Oía la palabra y, auque la recibía con gozo, esos zarzos y espinas me ahogaban y me impedían crecer y dar fruto.
Yo luchaba contra ellos pero una y otra vez me ahogaban. Cuanto más luchaba, más me ahogaban.
Al final, algo en mi interior me dijo: en vano luchas tu sola, mira al cielo y pídele ayuda a Dios nuestro Señor.
Hice un esfuerzo más para mirar al cielo y, cuando lo hice, descubrí que esa plantita que era yo estaba plantada muy cerca de la cruz.
Le miré y entonces entendí y vi y comprendí, Él (el Señor en la cruz) me hizo ver y me hizo sentir su Amor y, en ese momento, comprendí qué era lo importante, y los zarzos y los espinos se hicieron tan pequeñitos que ya no me pudieron impedir crecer mirandole a Él.
Yo luchaba contra ellos pero una y otra vez me ahogaban. Cuanto más luchaba, más me ahogaban.
Al final, algo en mi interior me dijo: en vano luchas tu sola, mira al cielo y pídele ayuda a Dios nuestro Señor.
Hice un esfuerzo más para mirar al cielo y, cuando lo hice, descubrí que esa plantita que era yo estaba plantada muy cerca de la cruz.
Le miré y entonces entendí y vi y comprendí, Él (el Señor en la cruz) me hizo ver y me hizo sentir su Amor y, en ese momento, comprendí qué era lo importante, y los zarzos y los espinos se hicieron tan pequeñitos que ya no me pudieron impedir crecer mirandole a Él.
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