No podemos callar, debemos actuar

Este es el título de la carta que nuestro arzobispo D. Jesús Sanz Montes firma junto con otros cuatro Obispos, creo que merece la pena leerla entera y os animo a que lo hagáis , pero para ir abriendo boca os pongo algunos párrafos

"Callar y no hacer nada ante este nuevo y gravísimo atentado contra la vida de los más inocentes nos puede convertir en cómplices por omisión. Por eso, no podemos callar y debemos pararnos a pensar qué respuesta activa en favor de la vida debemos dar cada uno: individuos, familias, comunidades, instituciones…, todos.."

"En primer lugar, hay que dejar bien claro que el mayor rechazo y la más grande repulsa que merece la nueva ley del aborto, en vigor desde el pasado 5 de julio, no significa que fuera aceptable la ley anterior."

"El aborto ni es ejercicio del derecho a la maternidad, ni es un derecho de la mujer a su autodeterminación, ni es un modo de promover la salud sexual y reproductiva. El aborto es la acción de matar intencionalmente al hijo concebido, ya vivo y no nacido todavía"

"La mujer es quien acude a abortar, pero no siempre lo hace con plena libertad. Circunstancias que pueden parecerle sin salida y el hecho de verse abandonada e incluso empujada a abortar por quienes habrían debido apoyarla en su embarazo, pueden disminuir su responsabilidad moral. Lo sabemos y lo tenemos en cuenta. Pero eso no puede convertir en moralmente aceptable el hecho del aborto. Objetivamente el aborto es un crimen abominable, como afirma el Concilio Vaticano II."

"Todos hemos recibido la vida como un don. Y la vida, que hemos recibido como don, nos constituye a cada uno en don para los demás. El aborto nos importa a todos, porque tiene consecuencias sociales para todos. En cada aborto procurado son eliminados quienes estaban llamados a ser un don para los demás y el don que con ellos y en ellos se nos quería comunicar. En el que es abortado, ¿qué bienes nos iban a llegar a todos y hemos perdido? Cada aborto tiene inevitablemente una gran repercusión social para el presente y para el futuro. Este daño deberá ser redimido.
¿Cómo responder a la ampliación del aborto? ¿Con pasiva resignación? ¿Con un corazón frío y embotado? ¿Afirmando que nada puede cambiar? No. Es preciso actuar renovada e incansablemente. En la sangre de Cristo muerto y resucitado para nuestra salvación tenemos la certeza de que la cultura de la vida vencerá."

"Es preciso establecer cauces para ayudar a las madres que se encuentran tentadas de abortar ofreciéndoles alternativas efectivas y sosteniendo cada vez mejor las ofertas diocesanas ya existentes.
Es preciso cultivar la disposición a la adopción en los matrimonios idóneos que no pueden tener hijos y también en los que los tienen. Es preciso apoyar efectivamente la posibilidad de llevar adelante el embarazo para entregar en adopción al recién nacido cuando los padres biológicos no se pueden hacer cargo de él. Es preciso revisar los procedimientos de adopción nacional, para facilitarla procurando siempre el mayor bien del hijo adoptado.
Es preciso seguir ofreciendo una adecuada educación afectivo-sexual según la verdad del hombre y de la mujer, y según la verdad de la procreación humana, tal como ésta es conocida y enseñada por el Magisterio de la Iglesia, madre y maestra.
Es preciso ofrecer a las mujeres que han abortado o que se han visto empujadas a ello la reconciliación con Dios, consigo mismas y con sus hijos por medio del encuentro con Cristo en el sacramento de la confesión. Cristo quiere perdonarlas, hacer que nazcan de nuevo por el don del Espíritu Santo y regalarles vivir en el seno de una comunidad cristiana. Así, se convertirán en testigos y misioneras del Evangelio de la vida para el desafío del difícil tiempo presente. Esa es una misión que todos tenemos y que todos debemos cumplir con la ayuda de Dios, la cual no nos faltará nunca."

Os pediría que la leyeseis entera y que os animéis a ponerla en práctica.
Y admiro la valentía de estos cinco Obispos que dicen las cosas así de bien.

Comentarios

  1. Te recomiendo un libro, de hace algunos años. No ha perdido actualidad: "Suárez, Federico: Que los buenos no hagan nada, ed. Rialp, Madrid, 2000, 232 págs."
    Dice, entre otras cosas: "para que triunfe el mal, basta con que los buenos no hagan nada".
    A partir del día 30, si Dios quiere, estaré en la hermosa tierra asturiana.
    Un fuerte abrazo.

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  2. Hola Manuel, no había visto tu comentario. Ya debes estar por aqui a ver si coincidimos. Buscaré el libro que me recomiendas

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