Don Opas
Cuenta la Historia que habéndose enterado Munuza del levantamiento de los cristianos y de la elección de Don Pelayo como su jefe, pidió ayuda al emir de Cordoba.
El emir de Cordoba le envió a su lugarteniente Alkama con un grueso ejercito para someter a los sublevados y a un curioso personaje: "Don Opas" prelado de sevilla y pariente de Don Pelayo.
Alkama envió de embajador a don Opas para ver si con buenas razones lograba convencer a Pelayo para que desistiese de la lucha, haciéndole a dicho fin grandes y halagadoras promesas.
Según cuenta el "Cronicon" del Obispo de Salamanca, Don Opas da a Don Pelayo el siguiente consejo:
"Hermano: estoy seguro que trabajas inútilmente. ¿Qué resistencia has de oponer en esta cueva, cuando toda España y sus ejércitos unidos bajo el poder de los godos, no pudieron resistir el ímpetu de los ismaelitas?. Escucha un consejo: retírate a gozar de los muchos bienes, que fueron tuyos, en paz con los árabes como hacen los demás."
A esto contestó don Pelayo. "No quiero amistad con los sarracenos, ni sujetarme a su imperio; porque, ¿no sabes tú que la Iglesia de Dios se compara a la luna, que estando eclipsada vuelve a su plenitud? Confiamos, pues, en la misericordia de Dios, que de este monte que ves saldrá la salud a España. Tú y tus hermanos, con Julián, ministro de Satanás, determinasteis entregar a esas gentes el reino de los godos; pero nosotros, teniendo por abogado ante Dios Padre a nuestro Señor Jesucristo, despreciamos a esa multitud de paganos, en cuyo nombre vienes, y por la intercesión de la Madre de Dios, que es Madre de misericordia, creemos que esta reducida gente de 105 godos ha de crecer y aumentar tanto como semillas salen de un pequeñísimo grano de mostaza." Don Opas, luego de oír la contestación de Pelayo, se volvió al ejército moro y dijo : " Marchad hacia la cueva y luchad, que si no es por medio de la espada, nada podremos conseguir de él."
Por que saco esto a colacción, pues por que tenemos un nuevo Don Opas "Gaspar LLamazares" cordinador general de izquierda unida que ve con buenos ojos el uso compartido de la Catedral-Mezquita de Córdoba por musulmanes y cristianos.
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